Un llamamiento a afrontar la violencia contra las mujeres y las niñas en los espacios urbanos

Un llamamiento a afrontar la violencia contra las mujeres y las niñas en los espacios urbanos

10 días para llamar a combatir la violencia contra las mujeres y las niñas en los espacios urbanos. Es hora de convertir la crisis de COVID-19 en una oportunidad para liberar nuestras comunidades, ciudades y metrópolis de la violencia de género.

Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se celebra el 25 de noviembre, Metropolis, Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU) y Cities Alliance están sensibilizando sobre la necesidad de poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas en los espacios urbanos.

La violencia contra las mujeres y las niñas es una de las violaciones de los derechos humanos más graves y más toleradas en todo el mundo.  Tiene lugar en el hogar, en el trabajo, en las plazas públicas, los parques, los mercados, las calles, los baños de la ciudad y en el transporte público, así como en nuestros propios gobiernos, instituciones e incluso en línea, tanto en redes sociales como en otras plataformas

Según ONU Mujeres, la violencia de género está aumentando exponencialmente a medida que la pandemia COVID-19 profundiza las tensiones económicas y sociales y las medidas de aislamiento social restringen el movimiento. Numerosos informes sobre la violencia contra las mujeres han detectado un aumento del 25%, incluso el doble en algunas zonas urbanas.

Muchas mujeres y niñas se ven obligadas a "confinarse" en casa con sus abusadores, mientras que los servicios de apoyo a los supervivientes se interrumpen o son inaccesibles. Además, al haber menos gente en las calles durante los encierros, las mujeres corren un mayor riesgo de sufrir acoso sexual, lo que afecta aún más su autonomía y su acceso al empleo y a los servicios esenciales.

Dado que las mujeres y las niñas están al frente de la crisis generada por la pandemia de Covid-19, deberían estar en el centro de la recuperación, con el liderazgo feminista como motor.

La violencia contra las mujeres líderes de base y representantes políticas sigue siendo una de las principales barreras que impiden a las mujeres participar plena y eficazmente en la toma de decisiones. En todo el mundo, las mujeres están persistentemente infrarrepresentadas en los puestos públicos y de liderazgo, incluso en las esferas locales de gobierno, en las que se estima que la participación de las mujeres es del 36,3% en los órganos deliberativos locales.

Los derechos digitales de la mujeres y su protección en los espacios en línea también son una necesidad urgente. En comparación con los hombres y los niños, las mujeres y las niñas tienen menos acceso a la tecnología e Internet. Además, las voces y la participación de las mujeres como ciudadanas digitales activas pueden ser censuradas y limitadas por el aumento del acoso y la violencia en línea.

Esta iniciativa conjunta se dirige a la violencia contra las mujeres en las esferas pública y privada, en la política y en los espacios en línea. Metrópolis, CGLU y Cities Alliance transmiten un mensaje vital que insta a los representantes políticos locales, regionales y metropolitanos a integrar un enfoque que tenga en cuenta el género en todas sus respuestas al Covid-19 y a avanzar hacia una recuperación resiliente e inclusiva. Esta acción de sensibilización también arroja luz sobre el hecho de que la violencia es el resultado de la desigualdad de género existente en las zonas urbanas, multiplicada y exacerbada por la pandemia. La seguridad de las mujeres es una cuestión multinivel, y las intervenciones deberían abordar las causas subyacentes de la violencia contra las mujeres, incluidas las normas sociales y culturales basadas en el género. Ese enfoque debe tener en cuenta las esferas privada, pública y política, la dinámica espacial, social y económica y sus intersecciones.

Al mismo tiempo, es necesario replantearse las ciudades para que sean más inclusivas y apoyen la autonomía de las mujeres, su sentido de conexión con sus comunidades y garanticen la igualdad de acceso a la vida pública y los servicios básicos, avanzando en la Agenda 2030.

Sólo un enfoque de la planificación urbana que tenga en cuenta las cuestiones de género, utilizando datos desglosados por sexo sobre cuestiones urbanas, así como un aumento de la financiación y los servicios esenciales, puede proporcionarnos los instrumentos para promover y mejorar el liderazgo de la mujer y el feminismo y la adopción de decisiones orientadas al género, reduciendo la desigualdad y, como consecuencia, la violencia de género.

 

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