Los gobiernos locales y regionales están listos para llevarnos a un mundo pos-COVID-19 que se preocupe por todos nosotros

Los gobiernos locales y regionales están listos para llevarnos a un mundo pos-COVID-19 que se preocupe por todos nosotros

En los últimos meses, los gobiernos locales han estado al frente de la lucha contra la pandemia. Hemos trabajado arduamente para asegurar la continuidad de la prestación de los servicios públicos y apoyar los esfuerzos para hacer frente a la emergencia sanitaria mundial. El agua potable, el saneamiento, la vivienda, la movilidad que garantiza el acceso a los alimentos y la educación han dependido más que nunca del sector público salvaguardado por los gobiernos locales y regionales.

Este artículo fue escrito por Emilia Saiz, Secretaria General de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU).

Si bien no hemos llegado a todas las personas y algunos desafíos siguen sin resolverse, hemos adoptado decisiones sin precedentes para proteger a la ciudadanía, especialmente a la más vulnerable. Tenemos la esperanza, como movimiento municipal internacional, de que esas medidas se mantengan y orienten las decisiones cuando se presenten esos desafíos. La lucha no ha terminado y seguramente surgirán otros desafíos.

CGLU habla en nombre de cada uno de sus miembros, grandes y pequeños, cuando decimos que estamos orgullosos. Estamos orgullosos de nuestras comunidades, estamos orgullosos de los proveedores de servicios públicos que nos cuidaron, y estamos orgullosos de los voluntarios y vecinos que nos han mostrado el camino.

Ahora sabemos que la lucha contra el virus es también una lucha contra la pobreza y la desigualdad estructural. El acceso a una atención sanitaria igualitaria, a una educación de calidad sin importar de dónde vengas, a una vivienda segura, al agua y al saneamiento, y a empleos de calidad seguirá siendo una necesidad mucho después de que la pandemia se desvanezca en nuestras memorias.

Esta pandemia ha acentuado las deficiencias de las que ya éramos conscientes, y está deletreando una sencilla verdad que debe decirse en voz alta: ya no podemos ignorar la persistencia de las desigualdades, la discriminación y la exclusión en nuestras ciudades y territorios.

Como representantes de los gobiernos locales y regionales de todo el mundo, estamos muy preocupados. Sabemos que nuestros sistemas de prestación de servicios se verán comprometidos por la falta de recursos y también sabemos que habrá muchas más poblaciones vulnerables como consecuencia de las pérdidas de puestos de trabajo a las que se enfrentarán nuestras economías.

Los gobiernos locales y regionales lo dicen alto y claro. Las reglas del juego tienen que cambiar, y nosotros somos los que podemos hacerlo. Nuestra esfera de gobierno, junto con nuestras comunidades, tiene que formar parte de una mesa mundial renovada que defina los próximos pasos para las generaciones futuras. 

Solo pensando en lo local y actuando en lo global podremos construir sociedades sostenibles que no dejen a nadie ni a ningún lugar atrás. Ningún actor de manera individual puede enfrentar estos desafíos solo.

Esta es la razón por la que nos unimos a la invitación del secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, para unirnos a la conversación sobre el futuro que necesitamos, y por la que hemos producido nuestro Informe de Visión con el conocimiento de los líderes locales y sus redes. El informe de nuestro colectivo a ONU75 muestra que nuestras comunidades están pidiendo un sistema multilateral más inclusivo, que considere la esfera local en cada paso de las decisiones que tomamos. Está mostrando que nuestros líderes están preparados para ser parte de la solución y que ya se preocupan por sus poblaciones.

Somos capaces de cambiar el rumbo, con normas estrictas contra los desalojos, utilizando los espacios públicos para la vivienda, promoviendo la producción y el consumo de proximidad y con una nueva generación de derechos que incluya los derechos del planeta, el acceso digital para todos y la igualdad de género como nuestra guía. Necesitamos mantener nuestro enfoque en los derechos humanos y en una fuerte democracia, transparencia y responsabilidad.

La cultura y la innovación serán nuestro antídoto contra las consecuencias de la pandemia y deberán convertirse en la espina dorsal de la renovación de los empleos y los mercados. La cultura debe convertirse también en la columna vertebral de las realidades interconectadas que empoderan a las generaciones futuras.

Nuestros corazones están en el lugar correcto, pero no podemos hacerlo solos. Tenemos que mantener nuestros ojos en el panorama general mientras nos aferramos a fuertes pilares. Los servicios básicos son la piedra angular de la recuperación de la pandemia y, sin embargo, siguen siendo una idea tardía en el debate mundial. Estamos listos para abordar este tema de frente. La financiación de nuestro ecosistema de servicios públicos en todo el mundo será tan crítica como el logro de la cobertura sanitaria universal.

Estamos dispuestos a lograr la colaboración entre las esferas de gobierno, y con todos los actores locales, para asegurar que cada persona de este planeta tenga los medios para vivir una vida plena mediante la prestación de servicios básicos locales.

A pesar de las dificultades de 2020, tenemos motivos para celebrar las Naciones Unidas, sus ambiciosos programas y el diálogo que representan. Nuestro colectivo es optimista, ya que representamos el liderazgo que debe aportar soluciones. Saludo a las mujeres y los hombres que aprovechan nuestro potencial para catalizar nuestras esperanzas individuales desde los ayuntamientos y territorios del mundo. Hago un llamamiento a la comunidad internacional para que cuente con ellos como verdaderos socios y aliados.

 

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